Eliseo Ruiz

Para Anzieu ‘no existe ninguna posibilidad normal que una persona esté psicológicamente asilada de otra, y el estudio de la relaciones con los demás es un capítulo necesario de la psicología individual’[1], para entender la esencia del grupo, debemos de analizar la fuerza de lo que Didier Anzieu denomina el nudo y lo redondo. Como nudo, debemos definir como grupo con cierto grado de cohesión y como redondo, una reunión de personas.[2]

Si bien es cierto que el concepto de grupo no tiene la fuerza necesaria para sustentarse de frente a las relaciones interindividuales, este tiene lugar desde el primer momento en que las relaciones psicológicas espontáneas, se dan entre las personas pues a decir de quien ha vivido la experiencia de conjuntar emociones espontáneas, la vida de grupo es más útil, pues los grupos se interponen entre el sujeto como ente individual y la sociedad. Se convierte en un intermediario entre las necesidades individuales y los intereses sociales. No es lo mismo que el hombre se perciba como ciudadano, que ciudadanía.

Para Krench y Crutchfled, un grupo constituye por la interacción de dos o más personas en acción recíproca que se afectan mutuamente[3]. No obstante, para entender la esencia de lo que es un grupo, Fabra señala que debemos manejar la actividad de un grupo en dos planos: el de las ideas, que es el acto comunicativo que establece para resolver problemas y el segundo, es el socioemocional, que es todo lo relacionado con las relaciones interpersonales que tienden a satisfacer la vida en grupo.

Por otro lado, los grupos se maneja de acuerdo a ciertas orientaciones: la zona de tarea (objetivo) y la zona socioemocional (lo subjetivo). Hablar de un grupo orientado, es señalar que un grupo está dirigido hacia contenidos y cuando lo vemos en la zona socioemocional, va encaminado a procesos o hacia el yo.[4]

Es decir, el grupo va más allá del aspecto individual. Arropa al sujeto hasta convertirlo en su parte interna, se fusiona con el todo, vive para el todo. Vive para un grupo. El hombre aislado, fuera de un grupo pierde esencia y tiende a morir.[5]

Los modelos que plantea Bales están orientados a conocer las relaciones al interior del grupo y a mejorar el comportamiento en conjunto. Sus relaciones, liderazgos y sus relaciones con el entorno[6]. Con ello se busca entender el momento de cohesión que cada grupo experimenta cuando se ve amenazado por factores externos, cuando hay rechazo social a su existencia, este fenómeno le permite sobrevivir y reducir las tensiones internas que ello provoca.

Por ello, un grupo por más pequeño que sea representa un foco rojo para el estado. Así como puede ser útil, le puede ser perjudicial. Un grupo que se aísla o se fusiona con otro –ahora lo podemos ver con las alianzas entre  partidos políticos–, es un grupo que representa un peligro para el status quo. Para los intereses del Estado, quien se ostenta como el proveedor del verdadero bien. Como el portador de la verdad. Peña Nieto, por ejemplo, lo dejó claro en su discurso del 5to. Informe de gobierno: ‘la violencia que vivimos es preocupante, pero más preocupantes son las alianzas entre partidos de diferente ideología, representan un peligro para la democracia’.[7] Se olvida que él llego al poder gracias a la alianza entre el PRI y el Partido Verde Ecologista.

No obstante la fuerza y el empuje que tiene el grupo que representa a Peña Nieto, Didier Anzieu señala que los intereses que mueven a los sujetos dentro de cualquier grupo, son actos imaginarios que no están fundados en un análisis racional de la realidad. No hay conciencia. Es lo que Freud señala como la doble superficie proyectiva.[8] En realidad  lo que el sujeto hace es actuar sin conciencia plena, sólo actúa sin reflexión alguna de su acto. No hay un análisis racional de la realidad que está viviendo. Por ello cuando vemos aquellas concentraciones multitudinarias ovacionando al líder, sólo estamos viendo a una muchedumbre[9] que se haya ahí, sin haberlo acordado. Vaya, sin haber reflexionado la ovación realizada.

Por ello podemos ver al sujeto dentro de esa muchedumbre o multitud, desarrollando un estado psicológico muy suigéneris: por un lado vemos al sujeto pasivo hacia todo lo que es satisfacción inmediata; bajo de nivel de contacto social; contagiado de emociones y; estimulado frecuentemente por la presencia de  la multitud.

La existencia de grupos, más allá de la conceptualización, tiene que ver con los miedos internos que el sujeto manifiesta al  verse solo. Su necesidad de pertenencia y seguridad, lo lleva agruparse sin cuestionar la pertinencia de su adhesión. Mucha razón tiene Didier Anzieu cuando nos habla de la metáfora mecánica: el grupo como máquina esclavizante. Efectivamente, como un grupo el cual sólo sirve para impactos mediáticos, para aplaudir y ovacionar mecánicamente ante el tono de inflexión de la voz del líder. Mire que ovacionar a Peña Nieto cuando dijo que las alianzas de otros partidos eran más peligrosas que la violencia imperante que azota al México de hoy, al México sangriento.


[1] Inés Garnica, cita a Anzieu, Los Grupos Humanos, Clave de Vida, www.clavedevida.com.ar/garnica.html, enc el 8 de septiembre de 2010.

[2] Didáctica Grupal, Instituto Hidalguense de Educación, UPN, 2005.

[4] Ídem.

[5] Didáctica Grupal, Instituto Hidalguense de Educación, UPN, 2005

[6] Robert F. Bales/Infoamerica, resc. 8 de septiembre de 2010, http://www.infoamerica.org/teoria/bales1.htm

[7] Peña Nieto, spot de televisión, trasmitido el 7 de septiembre de 2010, por Televisa, canal 2.

[8] Didáctica Grupal, Instituto Hidalguense de Educación, UPN, 2005

[9] Inés Garnica, cita a Anzieu, Los Grupos Humanos, Clave de Vida, www.clavedevida.com.ar/garnica.html, enc el 8 de septiembre de 2010

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